Luego de dos días llenos de pasión, aprendizaje y la certeza de que estamos en el camino correcto, nuestro corazón sigue latiendo fuerte tras nuestra participación en el 1er Congreso Internacional «Fútbol para la Inclusión y el Desarrollo».
Más de 200 representantes de clubes y entidades futbolísticas de todo el mundo se reunieron en Buenos Aires, Argentina, para compartir las experiencias y los sueños que los unen: el fútbol como una poderosa herramienta para construir un mundo más inclusivo y sostenible… ¡Eso fue exactamente lo que vivimos!
El congreso, organizado por la Fundación River, contó con 42 ponencias distribuidas en 18 paneles, donde se abordaron diversos aspectos del trabajo social y se compartieron experiencias y conocimientos sobre inclusión, sustentabilidad, género, educación, discapacidad, antirracismo y otras temáticas relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda 2030. Contó con la organización de Jorge Brito, Stefano Di Carlo y Clara D’Onofrio de River Plate, y con la presencia de figuras destacadas como Javier Zanetti y Juan Pablo Sorín, quienes compartieron reflexiones sobre el papel del fútbol en la responsabilidad social y la inclusión.
Uno de los momentos más emocionantes fue la firma de una carta compromiso respaldada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en la que nos comprometimos junto a otros 35 clubes a profundizar nuestro trabajo en pro de la inclusión y a crear una Red de Fundaciones de clubes de fútbol profesional, un momento que sin dudas quedará marcado en nuestra historia.
Atlético Nacional dijo presente junto a un gran grupo de clubes de Sudamérica y Europa, así como importantes organismos como la Confederación Sudamericana de Fútbol, la UEFA y la ONU, demostrando el compromiso global con la promoción, el deseo y el sueño de la inclusión a través del deporte. Como club tuvimos el privilegio de compartir y exponer una de nuestras iniciativas más importantes: La Copa Atlético Nacional, que luego de 12 años de promover la formación, inclusión, recreación y valores deportivos entre niños, niñas y jóvenes de escasos recursos de Antioquia, ha dejado una huella imborrable en nuestra región, convirtiéndose en uno de los proyectos más relevantes en Latinoamérica.
Y la razón es muy clara: además de lo deportivo, este torneo desde sus inicios ha sido una plataforma para la educación y el crecimiento personal, ya que ha dictado más de 900 talleres formativos, 1 Festival de Valores y 3 Ferias Educativas con hasta 20 universidades integradas, impactando positivamente a más de 13 mil beneficiarios de bajos recursos. Como modelo de eficiencia y compromiso social, este programa demuestra que el fútbol no solo es un deporte, sino una herramienta poderosa para transformar vidas y comunidades, y que la pelota es un poderoso agente de cambio.
Estaremos eternamente agradecidos con esta invitación, nos volvimos a Colombia con el corazón lleno de ilusión y la determinación renovada de seguir siendo agentes de cambio en nuestra comunidad, y con el compromiso de continuar la labor de formar personas más tolerantes e inclusivas, contribuyendo a un mundo más justo y solidario. El fútbol es mucho más que un juego, es un puente que une corazones y construye sueños. ¡Seguiremos jugando juntos por un mundo mejor!