Finalizado el homenaje al interior del estadio, las calles se iluminaban y adornaban el simbólico adiós a la familia Chapecoense.
Flores, letreros de solidaridad, velas encendidas y cientos de personas alrededor orando por la misma causa, reflejando la humanidad, sensibilidad y gran corazón de los antioqueños, de los colombianos que desde las distintas regiones del país se unían a este momento que será eterno.
Finalizado el homenaje al interior del estadio, las calles se iluminaban y adornaban el simbólico adiós a la familia Chapecoense.
Flores, letreros de solidaridad, velas encendidas y cientos de personas alrededor orando por la misma causa, reflejando la humanidad, sensibilidad y gran corazón de los antioqueños, de los colombianos que desde las distintas regiones del país se unían a este momento que será eterno.
Una noche que quedará para la historia. ¡Vamos vamos Chape!.