Sentir el calor de un pueblo dolido por una tragedia debe ser una de las experiencias más fuertes que haya vivido Atlético Nacional en su historia de más de 68 años de grandeza.
Semejante o más a jugar una final del mundo en Tokyo frente al Milán de Arrigo Sachi, semejante o más al título de la Libertadores, semejante o más a 22 vueltas olímpicas en la historia, simplemente semejante a la grandeza de su escudo.
Sentir el calor de un pueblo dolido por una tragedia debe ser una de las experiencias más fuertes que haya vivido Atlético Nacional en su historia de más de 68 años de grandeza.
Semejante o más a jugar una final del mundo en Tokyo frente al Milán de Arrigo Sachi, semejante o más al título de la Libertadores, semejante o más a 22 vueltas olímpicas en la historia, simplemente semejante a la grandeza de su escudo.
Poder observar de cerca la movilización de un municipio entorno nuestro ha significado la posibilidad de sentir el corazón acelerado y las lágrimas bajando por las mejillas por la ocasión presentada de brindar apoyo y recibir calor humano. Mil gracias, Salgar. Un cariño fraterNAL.