El recuerdo especial para el espigado y notable defensor central, campeón con Atlético Nacional de la Copa Libertadores de América de 1989 y del torneo colombiano en 1991, quien fue capaz de dejar una huella sin sombras aún 16 años después y que sigue siendo un ejemplo de comportamiento disciplina y talento para las generaciones futuras.
El recuerdo especial para el espigado y notable defensor central, campeón con Atlético Nacional de la Copa Libertadores de América de 1989 y del torneo colombiano en 1991, quien fue capaz de dejar una huella sin sombras aún 16 años después y que sigue siendo un ejemplo de comportamiento disciplina y talento para las generaciones futuras.
Y la voz de aliento para toda su familia, especialmente a Santiago Escobar Saldarriaga, porque en la cuna de ese gran hogar se gestó y se formó uno de los emblemas eternos de esta casa deportiva que de forma inmaculada adornará para siempre nuestro recuerdo como el gran defensa central antioqueño y colombiano de todos los tiempos.