Con un público que no dejo de alentar a los juveniles nacionalistas, los dirigidos por el estratega Nixon Perea nunca bajaron la guardia a pesar de la derrota en el Atanasio Girardot.
El deseo de igualar la serie y remontar el marcador era cada vez más intenso, un grupo que corrió hasta el último minuto pero no alcanzó para lograr el triunfo y avanzar a la final.
Con un público que no dejo de alentar a los juveniles nacionalistas, los dirigidos por el estratega Nixon Perea nunca bajaron la guardia a pesar de la derrota en el Atanasio Girardot.
El deseo de igualar la serie y remontar el marcador era cada vez más intenso, un grupo que corrió hasta el último minuto pero no alcanzó para lograr el triunfo y avanzar a la final.
La fortaleza, el espíritu de luchar hasta el final se hizo presente en la cancha, la magia de los canteranos con el dominio del balón ilusionaba a los hinchas verdolagas que estremecía el coloso de la 74 con sus cántico. Al final aplausos y respeto por este grupo verde y blanco que asumió un compromiso de tan alto nivel, que a su corta edad se comportaron como profesionales.