Gracias, especialmente, a la mística que le imprimió al equipo (y al fútbol colombiano) un sabio llegado de argentina para dirigir al campeón: Oswaldo Juan Zubeldía.
“El Troesma” llegó en agosto a Nacional, lo encontró del décimo puesto para atrás, le descubrió las debilidades, le potenció las virtudes y en cuatro meses lo sacó campeón. Un grande en toda la dimensión de la palabra. Como lo necesitaba Atlético Nacional para pulir su historia. Como lo requería la historia verdolaga.
Gracias, especialmente, a la mística que le imprimió al equipo (y al fútbol colombiano) un sabio llegado de argentina para dirigir al campeón: Oswaldo Juan Zubeldía.
“El Troesma” llegó en agosto a Nacional, lo encontró del décimo puesto para atrás, le descubrió las debilidades, le potenció las virtudes y en cuatro meses lo sacó campeón. Un grande en toda la dimensión de la palabra. Como lo necesitaba Atlético Nacional para pulir su historia. Como lo requería la historia verdolaga.
Nombres como los de Jorge Ortiz, Eduardo Julián Retat, Jorge Olmedo, Gerardo Moncada, Francisco Maturana, Iván Darío Castañeda, Eduardo Emilio Vilarete, Gilberto Salgado, Ramón César Bóveda, Hugo Horacio Lóndero, Raúl Navarro yy Jorge Peláez nunca serán olvidados por los aficionados verdolagas, especialmente aquellos nacidos entre 1960 y 1970. Porquer fueron ellos lo que tuvieron la fortuna de observar a uno de los mejores nacionales de todos los tiempos. Y para la historia registraron un hecho sin precedentes en el fútbol colombiano: en menos de 18 horas llenaron dos estadios, uno el Palogrande en Manizales el día del título, y dos el Atanasio Girardot para ovacionar a los campeones el lunes siguiente. Y si a eso se le suma que también se abarrotaron en el aeropuerto Enrique Olaya Herrera, podemos decir a ciencia cierta que desde hace mucho tiempo, Atlético Nacional es el club más popular del fútbol patrio.