Atlético Nacional es su hinchada. Apasionada, impaciente. Administradora sabia de sus emociones, de sus tiempos. Conocedora del juego gracias a deportistas que le enseñaron a disfrutar no solo del espectáculo sino también de los triunfos. Por eso es diferente, por eso es exigente, por eso es única, por eso es irrepetible. Porque pasaron las décadas y se nutrió de las funciones propias y del amor por los colores. Porque durante años ha acompañado la leyenda. Porque fue testigo de hazañas memorables.
Atlético Nacional es su hinchada. Apasionada, impaciente. Administradora sabia de sus emociones, de sus tiempos. Conocedora del juego gracias a deportistas que le enseñaron a disfrutar no solo del espectáculo sino también de los triunfos. Por eso es diferente, por eso es exigente, por eso es única, por eso es irrepetible. Porque pasaron las décadas y se nutrió de las funciones propias y del amor por los colores. Porque durante años ha acompañado la leyenda. Porque fue testigo de hazañas memorables. Y porque en los corazones de su tremendo pueblo, no hay nada mejor que el romance con su divisa.
Todos esos principios y convicciones, suficientemente firmes para anclarse con dignidad frente a los más avallasantes retos deportivos, serán los que tengamos que sacar a relucir para intentar remontar historias adversas. Los primeros 68 años de historia verde y blanca marcaron un derrotero que hoy deberemos traer a coalición para, desde la mística y la convicción, superar la fase y continuar con los objetivos. Y para esto el público Verdolaga será fundamental para demostrar como jugador número 12, la importancia del torneo en el fútbol.
Para sobrevivir y triunfar en un momento adverso, se necesita humildad, intentando eso sí, ser siempre los mejores. Se urge de amor sincero por la pertenencia. Se requiere de entrega, carácter y personalidad. Se precisa lucha, sudor y espontaneidad y se solicita el máximo esfuerzo en procura del rendimiento colectivo. Justo lo que nuestra encantadora gente proporciona desde las tribunas. Y desde la grada, antes de que llegue el partido, le transmitimos esa idiosincrasia a nuestros jugadores, podremos continuar en carrera de nuestros sueños. No es más que esencia e inspiración de forma conjunta en el estadio, tanto en el cemento, como en el césped. Hermanos verdolagas, tenemos una tarea.
Juan Carlos De La Cuesta
Presidente de la Institución.